"Mirar para atrás y disparar para adelante". De esa forma el artista definió los sonidos, entre clásicos y más actuales de su búsqueda musical.
A tres meses de haber presentado “Fotos”, Fernando Blanco está por lanzar un nuevo EP: “Espías”. Al igual que el anterior, está compuesto de cuatro temas propios, que se podrán escuchar en todas las plataformas desde este viernes 22 de diciembre.
Estas canciones también las grabó junto a Fernando “Chicho” Romairone en Batería y Tomás Malvica en bajo, en Hometown.
“Busco que cada canción ofrezca algo distinto”, definió el músico y compositor, fundador de Super Ratones y de Nube 9, en una charla con LA CAPITAL.
Por ello, además de contar con “el experimentado baterista y el joven bajista”, Blanco contó con otras colaboraciones.
“Yo hice la parte de voces, guitarras y el tecladista de Nube 9, Fernando Viola, grabó la parte de teclados. Así completamos los cuatro temas”.
Además de “Espías”, “hay una balada acústica que se llama ‘Tu efecto en mí’, en la que toco yo solo la guitarra acústica y tiene unas cuerdas que grabó y arregló el artista de Mar del Plata Juan Pablo Gez Carballo. Trabajamos ese tema muy al estilo Beatles”, contó.
El EP se completa con “Amores tóxicos” y “Atardecer en Palermo”. “El último tiene un toquecito un poco más pop, a diferencia de los otros que son más rockeros”, definió.
“Siempre estoy en el medio, navegando entre esos dos estilos. La música que escucho, que me gusta, anda entre el viejo rock and roll y el pop. En general se tiende tiende a etiquetar, a ponerse en un cajón. A veces está más claro, pero en otros casos es más difícil de clasificar y a mí particularmente me gusta eso”, apuntó el músico que está trabajando en un tercer EP, en marzo del año que viene, también de cuatro canciones.
“Hice Diversiones, dos discos de covers y mucha gente me reclamaba temas propios y en los tiempos que corren vivimos cada vez más al palo y pareciera que ya no hay tiempo de escuchar un disco completo, esa es la sensación. Entonces, pese a que la gente de la compañía que me sube los discos me decía de sacar tema por tema, yo insistí en sacar ese formato de cuatro canciones, es ese viejo formato a principios de los 60 de los vinilos, dos temas de cada lado. Y con 3 EP, se completaría un disco”, contó.
“Buscar algo que me guste, que me conforme, que me haga feliz” es la forma de encontrar los nuevos sonidos de Fernando Blanco. “Nunca trabajé pensando en llegar a determinado público”, aclaró.
Leé lo que Fernando Banco decía de “Fotos” el anterior EP”
Con impronta rock y “power pop”, Fernando Blanco presenta “Fotos”
Eso sí, tanto en Fotos, como en Espías, los temas son “variados en estados de ánimo que genera, más rockeritos, evocativos o nostálgicos” y, con la combinación de músicos más experimentados y jóvenes, que “es una buena metáfora de lo que yo creo musicalmente: Mirar para atrás y disparar para adelante. Dentro de un estilo, estar abierto a nuevos sonidos, a nuevas cosas”.
El día que dijo “quiero dedicarme a esto”
La música está presente en Fernando Blanco desde “antes que naciera”. “Mi vieja, que cantaba en un coro, cantó el Requiem de Mozart acá con la orquesta de Mar del Plata conmigo en la panza. Está bien que cualquiera que escuche ese Requiem se emociona, pero para mí tiene una cosa muy especial y evidentemente tiene que ver con eso”, rememora.
Además, su papá también cantaba en un coro y la música era importante en su familia. “Crecí entre discos, para mí el momento de poner discos -y cuando pude poner la música que elegía- es de los mejores momentos de mi vida. Primero descubrirla, analizarla y después empezar a hacerla, es un proceso que me hace feliz”, compartió.
También tiene “clarísimo” el día que pensó “quiero dedicarme a esto”: “Fue el día que salí del Estadio Mundialista después de ver a Queen. Yo era fan, de repente vino a mi barrio a tocar y no lo podía entender, fue un momento histórico. Tenía 12, 13 años, había laburado todo un verano para comprarme la entrada”, recordó.
Autodidacta, si bien tomó algunas clases de guitarra, gran parte de su formación fue tratando de sacar acordes de discos, comparando libros de acordes con lo que escuchaba. “Llegaba del colegio, me acuerdo, y me ponía a tocar arriba de un disco de los Beatles. Así fui aprendiendo, de mirar, de juntarme con amigos, de a poquito. Era una época donde no existían tutoriales, había que deducir todo. Me acuerdo haber comprado un librito con los acordes de las canciones y darme cuenta que estaban todos mal, en otros tonos y renegaba, pero de esa forma desarrollaba la intuición y aprendía”, aseveró.